sábado, noviembre 10, 2012

Acción y resistencia ciudadana por un caballo maltratado


Bogotá, 10 de noviembre de 2012
Luego de los sinsabores mas recientes y difundidos de esta semana sobre casos de explotación animal: El de Cabrito asesinado en el programa “Mundos Opuestos” de RCN y el video del caballito blanco violentamente torturado por sus explotadores hoy ocurrió un hecho que renueva mi fe en las personas (O por lo menos por algunas).

Luego de pasar el medio día y dispuesto a acudir a la concentración sobre el tema del Cabrito, me encontré un caballo inmovilizado en el CAI de la AV 10 con CL 17 en pleno centro de Bogotá, mientras un buen número de personas se congregaba en torno a él, decidí revisar que estaba pasando. Me encontré con un caballo con varias laceraciones hinchadas y sangrantes en la pata trasera izquierda, que le impedía asentarla. Pregunte a algunas personas lo ocurrido y me comentaron que el caballo se había caído mas o menos hacia las 11 AM en plena Av. 10 debido al sobrepeso de elementos metálicos (Los carretilleros afirmaban que se había tropezado). Los maderos le aprisionaron la pata y le oprimieron la zona de los testículos. Los carretilleros y los policías del CAI del turno de antes de la 1 PM trataron de levantarlo a golpes, según las referencias de las personas que presenciaron el hecho. El caballito empezó a orinar profusamente, presuntamente por la presión sin lograr pararse. Ante este hecho (Y contrario al caso del caballito blanco) muchos de aquellos que estaban mirando expresaron su rechazo, pero varios decidieron ir a la acción y dejando atónitos a carretilleros y policías comenzaron a romper los maderos y demás aperos de la carreta para liberar al caballo, que con gran dificultad pudo pararse. Gracias a esta acción, el caballo se salvó de recibir mayores maltratos.

La comunidad impidió que luego de esto los carretilleros se llevaran el caballo, exigiendo a la policía que lo retuviera en el CAI y que hiciera los trámites pertinentes para su decomiso por maltrato, a lo que los policías respondieron que si eso querían que hicieran los trámites los demandantes. Aparte de ello, la policía, negando las evidencias, repetía que todo era un simple accidente. Desde estas tempranas horas varias de las personas se pusieron a la tarea de llamar a la policía ecológica, pero sin una respuesta adecuada. También llamaron a la ADA y a algunos medios pero tampoco se lograron comunicar. Habiendo escuchado a los carretilleros hablar con la policía, sabían que si se retiraban del lugar, no habría inconvenientes en que la policía les devolviera el caballo, por lo que decidieron resistir, dejar sus tareas, compromisos y obligaciones y quedarse al lado del caballo. Cuando yo pasé, personas de todas las edades estaban firmes pero muy preocupadas ante la falta de una solución.

Mi tarea fue solamente servir de enlace, llamando a varios compañeros de organizaciones animalistas especialistas en el tema de caballos (ADA, Amigos del Planeta y Fedamco), quienes nos asesoraron en los procedimientos, y particularmente con ADA que gestionó el préstamo a la policía ecológica de su remolque para caballos (Inaudito y absurdo que la Ecológica no tenga un remolque para caballos) y tuvo la intensión de acoger al caballo. Mientras esperábamos, inclusive con llovizna, pude conocer a personas del común, nada que ver con activistas. Solo personas de buen corazón que decidieron dejar de lado la indiferencia y practicar la solidaridad con el otro como debe ser entendido: Cualquier sintiente, más allá del antropocentrismo. Sin almorzar y ya pasada la media tarde, estas personas seguían firmes y empecinadas en que no iban a dejar que los carretilleros se llevaran nuevamente el caballo, al que vecinos del lugar le comenzaron a traer zanahorias y agua, que devoró con gran apetito (Parece que estaba bastante hambriento dado su comportamiento al respecto). También se necesitaba que estas buenas personas comieran, así que la mayor parte de los embutidos y galletas veganos que había comprado para el fin de semana fueron repartidos con gusto, hablando de la necesidad de consideración a todos los animales, más allá del caso puntual del caballito y ejerciendo la protección y el respeto por todos los animales en nuestra vida cotidiana. Hablamos de la situación de las entidades defensoras de animales, que hacen la labor que debería cumplir el estado y ante la pregunta de donde estaban estas entidades, no se me ocurrió mejor respuesta que decirles que por fortuna en este caso no se necesitaban porque ellos, personas del común estaban ahí y ahí es que tenemos que llegar, que todos seamos los animalistas y no un sector.


Estábamos muy preocupados porque los carretilleros estaban llamando a algunos de sus contactos y el remolque no llegaba (Los sábados son imposibles respecto al tráfico en Bogotá). Luego de unas horas, llegó intempestivamente el veterinario de la entidad “Refugio Animal”, que todos los animalistas conocemos como la veterinaria de los carretilleros, solo un par de minutos antes que arribara la patrulla de la policía ecológica con en remolque y la veterinaria de ADA. Nunca pregunto a nadie algún antecedente sobre la situación y se limitó a un rápido examen, con actitud indiferente con nosotros, mientras se mostraba receptivo con los carretilleros. Por temas legales, la entidad que llega primero se hace cargo del caballo y parece que la policía tiene la potestad para entregarlo, si esta legalmente constituida, como “Refugio Animal” lo esta. En este momento también apareció junto con los carretilleros que se habían declarado “dueños”, el “dueño” de caballo, evidenciando el gran problema del alquiler de animales y tratando de disculpar el hecho de que no tenía carnet (Decía que se le había quedado). Varias de las personas se mostraban satisfechas, pero yo no tanto, porque si bien es cierto se lo iban a llevar en el remolque,  el caballo no iba a ser conducido a una entidad de confianza, sino a una cuestionada por sus relaciones con los carretilleros. Pero el debido proceso había surtido efecto y nuestra labor había terminado, esperando que la ADA pueda ejercer presión a “Refugio Animal” para que con las pruebas recabadas pueda lograr que el caballo no vuelva a las manos de los abusivos que lo tenían esclavizado, con sobrecarga, hambriento y que aparte en vez de ayudarlo a levantar lo trataron de parar a golpes.


No fui a la manifestación, pero sabiendo que había compañeros allí, que bien no fui, porque tanto en el caso del Cabrito, como el del Caballo, nos encontramos ante reprochables casos de especismo, pero que no son mas reprochables por ser conocidos, que todos aquellos casos de los miles de millones de animales “desconocidos” que todos los días y cada segundo son víctimas del sistema de explotación especista y eso fue lo que pude difundir ante estas valientes personas que conocí el día de hoy (Así como lo dije en el programa del defensor del televidente de RCN de hoy 10/11/2012, pero cuyos apartes lastimosamente no pasaron, porque prefieren ver el caso puntual y descontextualizado, que igual minimizan y justifican como lo hicieron). Queda patente, nuevamente, que la abolición de la esclavitud animal es la vía, y para los caballos esclavos en las carretillas les espera la libertad luego de la sustitución que debe materializarse ya mismo, no solo como dice la ley colombiana, sino como dicta la evolución moral. También queda patente que las personas pueden hacer mucho, sobre todo si se unen. Ni siquiera necesitan conocerse.

Todo el aplauso y mi respeto para estas personas solidarias de hoy y espero de corazón que luego de las enseñanzas de este día, comiencen a direccionar su vida en el camino de la responsabilidad frente a todos los sintientes y al respeto y consideración que les debemos, rechazando el especismo. Y ojala “Diamante” el caballo (así como ningún animal), no tenga que volver a las calles ni a ningún sitio donde sea considerado el esclavo propiedad de alguien.

Carlos Crespo
Fundación Resistencia Natural (REN)
Por una cultura de liberación animal
P.D. fotos cortesía de mi amigo también presente este día, Henry Sánchez y de Natalia Molina.



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